viernes, 30 de octubre de 2009

Momentazos Crepúsculo












—El estar lejos de ti me pone... ansioso —su mirada era amable e intensa; y me estremecí hasta la médula—.



—Pero yo no sabía dónde estabas. Yo... —vacilé y entorné los ojos.

— ¿Qué? —me impelió con voz arrulladora.

—Me disgusta no verte. También me pone ansiosa.



— ¿De verdad crees que te interesas por mí más que yo por ti? —murmuró, inclinándose más cerca mientras hablaba traspasándome con sus relucientes ojos negros.

—Si.

—Te equivocas —dijo al fin con suave voz aterciopelada. Alcé la mirada y vi que sus ojos eran amables.



Soy quien más se preocupa, porque si he de hacerlo, si dejarlo es lo correcto —enfatizó mientras sacudía la cabeza, como si luchara contra esa idea—, sufriré para evitar que resultes herida, para mantenerte a salvo.



—No temas —murmuró con voz aterciopelada e involuntariamente seductora—. Te prometo... —vaciló—, te juro que no te haré daño.



—Bueno, ¿estás diciendo que soy tu marca de heroína? —le pregunté para tomarle el pelo y animarle.

Sonrió de inmediato, pareciendo apreciar mi esfuerzo.

—Sí, tú eres exactamente mi marca de heroína.



—Isabella, no podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno —fijó su mirada en el suelo, nuevamente avergonzado—. La idea de verte inmóvil, pálida, helada... No volver a ver cómo te ruborizas, no ver jamás esa chispa de intuición en los ojos cuando sospechas mis intenciones... Sería insoportable —clavó sus hermosos y torturados ojos en los míos—. Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca.



—Y de ese modo el león se enamoró de la oveja... —murmuró.

— ¡Qué oveja tan estúpida! —musité.

— ¡Qué león tan morboso y masoquista!



Vaciló... No de la forma habitual, no de una forma humana, …

Edward se detuvo vacilante para probarse a sí mismo y ver si era seguro, para cerciorarse de que aún mantenía bajo control su necesidad.

Entonces sus fríos labios de mármol presionaron muy suavemente los míos.



Si pudiera soñar, sería contigo. Y no me avergonzaría de ello.



—Te quiero —susurré.

—Ahora tú eres mi vida —se limitó a contestar.



—¿Qué voy a hacer contigo? —Gimió con desesperación—. Ayer te beso, ¡y me atacas! ¡Y hoy te desmayas!

Me reí débilmente, dejando que sus brazos me sostuvieran mientras la cabeza seguía dándome vueltas.

—Eso te pasa por ser bueno en todo.



Entonces tomó mi cara entre sus manos, casi con rudeza y me besó en serio, moviendo sus labios insistentes contra los míos.

En vez de quedarme quieta, a salvo, mis brazos se alzaron para enroscarse apretadamente alrededor de su cuello y me quedé de pronto soldada a su cuerpo, duro como la piedra. Suspiré y mis labios se entreabrieron.

Se tambaleó hacia atrás, deshaciendo mi abrazo sin esfuerzo.

— ¡Maldita sea, Bella! —se desasió jadeando—. ¡Eres mi perdición, te juro que lo eres!



Edward puso sus frías manos sobre mi rostro. Le miré con ojos encendidos.

Shhh... Bella, cálmate.

No me dejes imploré con la voz quebrada.

No lo haré me prometió—. Ahora, relájate.Pero mi corazón no se serenó.

Bella me acarició el rostro con ansiedad. No pienso irme a ningún sitio. Estaré aquí tanto tiempo como me necesites.

— ¿Juras que no me vas a dejar? susurré.

Lo juro.



— ¿Sueñas con convertirte en un monstruo?

No exactamente repliqué—. Más bien sueño con poder estar contigo para siempre.

Su expresión se alteró, más suave y triste a causa del sutil dolor que impregnaba mi voz.

Le acaricié el rostro y le dije:

Mira, te quiero más que a nada en el mundo. ¿No te basta eso?

Sí, es suficiente contestó, sonriendo. Suficiente para siempre.

Y se inclinó para presionar una vez más sus labios fríos contra mi garganta.



lunes, 19 de octubre de 2009

Ágora




He tenido la suerte de ver recientemente esta película y la aconsejo fervientemente a todo aquel que quiera ver la verdad de nuestro pasado como cristianos, a todo aquel que tenga un mínimo de sangre en las venas y a todo aquel que esté dispuesto a ser crítico con uno mismo y el ser humano.

Después de ver esta película y de pararme a pensar en estas y otras muchas, yo al menos, he llegado a la conclusión de que me avergüenzo de ser cristiana y hasta me avergüenzo de ser humana y de a dónde somos capaces de llegar.

Me repugna pensar en los orígenes de la que es mi religión de la manera en que lo hago gracias a la película. Después de todo ya entiendo como llegamos a ser la religión dominante si fuimos destruyendo, asesinando (o masacrando más bien) y exiliando a todo aquel que no tenía nuestra creencia. A pesar del mensaje de amor, respeto y perdón que deja traslucir la palabra de Jesús, ya desde el principio de los tiempos hemos hecho uso de ésta, de la manera en que más nos conviene. Estoy segura y “entiendo” que las escrituras seguían la tendencia de aquellos tiempos aunque con todo el entrecomillado que implica puesto que considero que, si no fuera por los cambios introducidos por los propios discípulos a la palabra de Dios, la vida de muchos cristianos (y la historia de tantos otros) sería diferente. Me explico: quizás soy una ilusa pero me niego a pensar que una persona que transmitió tantos mensajes de amor, esperanza y consuelo para todos, considerara a las mujeres como inferiores a los hombres (aspecto éste que desde siempre se ha hecho presente en las sagradas escrituras). Considero que fueron sus discípulos los que (con el fin de mantener la cultura dominante), introdujeron esas ideas y, ante ello, yo me pregunto: ¿Cómo habría sido nuestra vida si desde el principio si nuestra fe nos hubiera respetado como iguales en derechos, capacidades… al hombre? ¿Cuántas mujeres se habrían salvado de la muerte? ¿Podríamos haber tenido autonomía desde el principio? ¿Se nos habría respetado? ¿Se habrían tenido en cuenta los descubrimientos y avances que hubieran descubierto las mujeres? ¿Viviríamos en un mundo más avanzado porque, al tener derecho la mujer a aprender desde el principio, también las mujeres hubieran podido ser filósofas, investigadoras, inventoras… en lugar de estar a la sombra de sus maridos y familias o tener una lucha con la sociedad por un reconocimiento que en el mejor de los casos no se produciría en su tiempo (pero si en el futuro) y en el peor de los casos las llevaría a ser tratadas de brujas, arpías o hechiceras y ser condenadas?

¿Alguien ve la ironía (o la injusticia más bien) ACTUAL de que sean recordados tantos y tantos personajes ilustres masculinos o, para ser más exactos en este caso, tantos grandes astrónomos masculinos como Copérnico, Kepler… pero no se recuerde a ninguna mujer astrónoma (el mejor ejemplo de ello es precisamente la protagonista de esta película)?

Y si ya entramos en la naturaleza del hombre apaga y vámonos… Parece que pertenezca o sea innato al ser humano la costumbre de considerar inferior y discriminar (en el mejor de los casos) en base a nuestras creencias o, para ser más exactos, a los que no comparten nuestras creencias (ya sean por cuestión de raza (como en el caso de Hitler), de religión (como lo que ocurrió en Alejandría en la época que representa la película), de política (como nuestra guerra civil), de poder (como la guerra de Irak) y así podría seguir… Como se puede ver (y eso es tal vez lo más triste de todo) esto no es algo pasado sino que, como ya he puesto de manifiesto, está presente en la sociedad actual. Aún hoy se mantiene esa creencia de que unos somos más que otros y, sino que nos lo digan a los homosexuales, tratados por muchos (y por la iglesia católica misma) como diferentes, considerando que no debemos tener derecho a adoptar, que no tenemos derecho a casarnos y formar una familia porque el término familia sólo puede pertenecer a los heterosexuales y porque nosotros y nosotras no somos lo suficientemente buenos para educar a hijos e hijas pero los heterosexuales sí (será que vienen con un gen de buenos padres los que abusan de sus hijos e hijas, los que maltratan a sus parejas o, sin irnos al extremo, que un hombre y una mujer pueden transmitir o enseñar algo que dos mujeres o dos hombres supongo que desconocemos (según ellos).

Y lo único que ya me pregunto es si algún día superaremos este gran defecto del propio ser humano, que en la sociedad de hoy tan globalizada, tan a favor de la paz, de la convivencia o de la interculturalidad, no ha sido posible.

El hombre es un lobo para el hombre

Cuán rápido olvidamos las personas… Parece que lo acontecido en nuestro país en 2002 o en 2004, va siendo olvidado (como convenientemente pretenden algunos políticos). En las últimas elecciones ya estaban empatándose peligrosamente los partidos imperantes en España. Rápidamente olvidamos los atentados del 11 de marzo que costó la vida a tantas y tantas personas o el accidente del Prestige que afectó a tantas familias gallegas (por no decir a toda la fauna y flora acuática y a las playas…).

Entiendo que es verdad que, al echar la vista atrás, ambos partidos políticos tienen cosas que callar así como cosas de las que arrepentirse y que pesan como losas en sus espaldas y conciencias (o al menos a mí me pesaría como ser humano vamos, no se hasta que punto tienen conciencia los y las políticas actuales…), pero hay cosas imposibles de olvidar… Aún a día de hoy, se me acelera el corazón y me suben unas lágrimas a los ojos nublándome la vista cuando se recuerda el atentado del 11-M o escuchas la canción de cierto grupo de música al respecto (más abajo). Cuántas y cuántas vidas fueron destruidas en aquel segundo…; cuántas personas murieron allí y a cuantas (indirectamente) les destrozó la vida; cuántos hijos e hijas sin padres, cuántos padres sin hijos e hijas, cuántos maridos sin esposa y esposas sin marido, cuántos futuros rotos, cuántos futuros perdidos, cuántos amores y posibles niños y niñas no han venido al mundo por esas vidas arrebatadas en un arrebato suicida con justificaciones fundamentalistas en el que nos vimos inmersos a pesar de los intentos de muchos de no entrar en esta guerra…

Es cierto que nadie podía esperar lo que se produjo y que a muchos les puede parecer exagerado pero como persona con familia en Madrid que cogía trenes de cercanías y que podrían haber sufrido dicha catástrofe, soy incapaz de imaginarme cómo sería mi vida y la de los míos si hubiera sido diferente y no hubiéramos tenido tanta suerte… Y todo por entrar en una guerra en la que no teníamos derecho a intervenir sino de forma humanitaria; y todo por estar a bien con EEUU; y todo por el maldito oro negro; y todo por PODER y DINERO.

Yo ya no entiendo de nada… Cada vez entiendo menos la naturaleza humana o quizás es cada vez me gusta menos lo que veo y, por eso, me cuesta creer que lleguemos a ser así…no entiendo el afán de poder, no entiendo el pisotear cabezas, no entiendo el fundamentalismo (religioso o no religioso), no entiendo el racismo ni la discriminación y hoy es uno de esos días en que no entiendo de nada….

De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y teniendo en cuenta que está se publicó en 1948, se podría suponer que vivimos en un país que respeta al ser humano, a cada individuo y que ya deberíamos estar centrándonos en respetar al planeta y, sin embargo, …Sin embargo, aún hay esclavitud en el mundo, aún hay explotación laboral, aún hay trata de blancas y de niños y niñas, aún existen países en los que, amparándose en su cultura, se llevan a cabo ablaciones y lapidaciones a mujeres y niñas, se obliga a la mujer a estar detrás del hombre y se considera inferior al de otra raza…Aún existen los guetos y, tal día como hoy, no sé el número de niñas chinas que habrán muerto por la política de tener un solo hijo y la costumbre ancestral (de nuevo la cultura) de que son mejores los hijos que las hijas y las hijas son una deshonra… y podría seguir pero supongo que ya siguen mi idea…

Y ya sólo me queda la certeza de que es cierta la frase del filósofo inglés Thomas hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre” y yo añadiría : y para la mujer, para la especie humana y animal, para todo ser vivo e inerte, y para el mismo universo.


Canción de La Oreja De Van Gogh